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puntos de recargas en zonas rurales

Movilidad eléctrica rural: desafíos y oportunidades en zonas no urbanas

La electrificación del transporte avanza a buen ritmo en las ciudades, pero el medio rural sigue enfrentándose a importantes retos estructurales. A pesar de que más del 80 % del territorio español es rural, la movilidad eléctrica sigue estando fuertemente centralizada en las áreas urbanas. Este desequilibrio limita las oportunidades de desarrollo sostenible, cohesión territorial y acceso igualitario a tecnologías limpias. Sin embargo, también abre una puerta a la innovación y a nuevos modelos que pueden transformar la vida en la España vaciada. 

Desafíos de la movilidad eléctrica en la España rural  

La implantación de la movilidad eléctrica en zonas rurales implica superar dificultades específicas asociadas a su dispersión geográfica, escasa densidad de población y menor capacidad económica de los municipios. A continuación, analizamos los principales retos que dificultan el acceso y la adopción del vehículo eléctrico en estos entornos. 

Situación actual: falta de infraestructura 

La mayoría de los puntos de recarga en España están en entornos urbanos. Solo un pequeño porcentaje, en torno al 14 %, se encuentra en áreas rurales, y de estos, la mayoría son de baja potencia. La falta de cargadores en pueblos y comarcas rurales supone una barrera importante para quienes se plantean adquirir un coche eléctrico, por miedo a quedarse sin autonomía o a depender exclusivamente de la carga doméstica. 

Poblaciones pequeñas y distantes: coste de la instalación de la infraestructura  

Los municipios rurales, al tener núcleos poblacionales muy dispersos, presentan un reto económico para la instalación de infraestructura de recarga. El coste por usuario potencial es mucho más alto que en la ciudad. Además, muchas localidades carecen de recursos técnicos o económicos para afrontar la inversión inicial, lo que frena cualquier intento de electrificación del transporte público o flota municipal. 

puntos de recarga para vehículos eléctricos en zonas rurales

Autonomía de los vehículos y tipo de desplazamientos en la zona rural 

En los entornos rurales los desplazamientos suelen ser más largos y frecuentes que en las ciudades: para acceder a servicios básicos, ir al médico, trabajar o llevar a los niños al colegio. A esto se suma la falta de estaciones intermedias de carga, lo que intensifica la “ansiedad por la autonomía”, especialmente en modelos eléctricos más asequibles que no superan los 300 km de rango. 

Tipos de vehículos necesarios en las zonas rurales: escasez de modelos de todoterrenos o vehículos de carga  

La movilidad rural no se limita a turismos. Se requieren vehículos adaptados para caminos de tierra, uso agrícola, transporte de mercancías o movilidad compartida. Sin embargo, el mercado de eléctricos todoterreno o comerciales ligeros aún es limitado, y los pocos modelos disponibles suelen tener precios elevados o prestaciones insuficientes para terrenos irregulares. 

escasez de modelos de todoterrenos o vehículos de carga  

Desconocimiento entre la población 

Existe aún un importante desconocimiento sobre las ventajas, el uso y el mantenimiento del vehículo eléctrico en entornos rurales. A esto se suma la desconfianza generada por los bulos o la falta de experiencias cercanas. Es necesario un mayor esfuerzo pedagógico por parte de las instituciones, fabricantes y empresas energéticas para generar confianza y facilitar la transición. 

Oportunidades para transformar la España vaciada 

Pese a los obstáculos, la movilidad eléctrica ofrece oportunidades reales para dinamizar la vida en el medio rural, mejorar la calidad del aire y del transporte, y avanzar hacia modelos más sostenibles e inclusivos.  

Reducción de costes en desplazamientos en lugares en los que muchas veces el vehículo particular es la única alternativa 

La dependencia del coche privado en las zonas rurales es casi total. El uso de vehículos eléctricos, especialmente si se combina con energías renovables o esquemas de carsharing, puede suponer un importante ahorro en combustible y mantenimiento para las familias. 

Impulso a las energías sostenibles y renovables 

El despliegue de infraestructura de carga eléctrica puede ir de la mano del autoconsumo energético, generando sinergias con instalaciones solares comunitarias o individuales. Esto permite a los pueblos convertirse en generadores de energía limpia y reducir su dependencia energética exterior. 

Reducción de emisiones y de ruido 

La introducción de vehículos eléctricos en pueblos reduce significativamente el ruido, especialmente en núcleos pequeños con calles estrechas. También elimina las emisiones locales, mejorando la calidad del aire en entornos que muchas veces están destinados al turismo rural o a actividades agroecológicas. 

Ayudas públicas y subvenciones que permiten paliar el coste inicial, muy elevado para ayuntamientos pequeños 

Uno de los principales obstáculos para la electrificación en entornos rurales es el alto coste inicial de instalación de infraestructura y adquisición de vehículos eléctricos, especialmente para ayuntamientos con recursos limitados. Sin embargo, en 2025 se mantienen vigentes y reforzadas varias líneas de ayuda que permiten aliviar esta barrera económica. 

  • El Plan MOVES III, prorrogado hasta el 31 de diciembre de 2025, ha recibido una ampliación presupuestaria de 400 millones de euros, elevando el total disponible a 1.700 millones. Este programa ofrece subvenciones de hasta 7.000 € para la compra de vehículos eléctricos (cuando se achatarra un vehículo antiguo), y hasta un 80 % de financiación para la instalación de puntos de recarga, con especial énfasis en municipios de menos de 5.000 habitantes. Además, se contemplan ayudas específicas para entidades locales que quieran electrificar su flota o mejorar el acceso a la movilidad de sus vecinos. 
  • Por otro lado, el PERTE VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado) ha abierto en 2025 su cuarta convocatoria, dotada con 1.250 millones de euros (1.000 en préstamos y 250 en subvenciones). Este programa está orientado principalmente a fortalecer la cadena industrial del vehículo eléctrico, pero también contempla financiación para iniciativas municipales, consorcios o entidades colaboradoras que promuevan movilidad eléctrica y desarrollo tecnológico en el ámbito rural. 
  • A nivel autonómico, varias comunidades han lanzado sus propias convocatorias dentro del marco de MOVES III, con incentivos adicionales. Es el caso de Aragón, Cantabria o la Comunidad Valenciana, que han habilitado líneas directas para apoyar a pymes, cooperativas o ayuntamientos que apuesten por la movilidad sostenible. 

Estas ayudas suponen una oportunidad clave para modernizar el transporte rural, fomentar la transición energética en municipios pequeños y facilitar modelos como el carsharing eléctrico, especialmente cuando se combinan con recursos de autoconsumo o instalaciones solares comunitarias. 

Oportunidad de negocio: carsharing eléctrico 

Modelos de movilidad compartida permiten a los pueblos contar con uno o dos vehículos eléctricos accesibles para toda la comunidad. Estos sistemas reducen los costes fijos, facilitan el acceso a movilidad sostenible y pueden gestionarse por ayuntamientos, cooperativas locales o en colaboración público-privada. 

carsharing eléctrico en pequeños ayuntamientos

Casos reales  

Aunque los retos de electrificar el transporte en zonas rurales son significativos, ya existen ejemplos concretos que demuestran su viabilidad. Diversas iniciativas público-privadas están impulsando modelos adaptados a las necesidades del entorno rural, combinando infraestructura eficiente, energía renovable y esquemas innovadores de uso compartido. 

  • Proyecto VIVe de Hyundai. Este proyecto de carsharing 100% eléctrico ha sido implantado en varios pueblos pequeños, como Zestoa (Euskadi) y La Vall d’Almonacid (Castellón). Hyundai cede vehículos eléctricos a los ayuntamientos para que los vecinos puedan disponer de ellos mediante un sistema de uso compartido. La iniciativa facilita el acceso a movilidad sostenible sin necesidad de comprar un vehículo propio, y ha sido muy bien acogida en municipios que carecen de transporte público regular. 
  • ERA Walamove, Grupo Palausa (Palencia). Reconocido con el premio “Impulso” al mejor desarrollo de movilidad sostenible en el medio rural, este proyecto permite a pequeños ayuntamientos acceder a vehículos eléctricos para usos sociales, desplazamientos municipales o necesidades logísticas. Con un enfoque flexible y escalable, se ha implantado en localidades como Paredes de Nava y Villamuriel de Cerrato, demostrando que la movilidad sostenible puede tener un alto impacto comunitario incluso con recursos limitados. 
  • Proyecto DIPUCAR, Diputación de Palencia. La Diputación está impulsando la incorporación de vehículos eléctricos en los servicios municipales de los pueblos palentinos, dentro de una estrategia más amplia de eficiencia energética y movilidad sostenible. El objetivo es renovar flotas públicas, fomentar el uso de energías renovables y mejorar el acceso a la movilidad en zonas con baja densidad poblacional. 
  • Micropueblos de Cataluña, Red “Som xarxa”. En Cataluña, más de 100 municipios de menos de 5 000 habitantes, entre ellos 33 micropueblos con menos de 200, han instalado puntos de recarga gracias a la colaboración con la empresa Etecnic. Estas instalaciones, ubicadas en espacios públicos como polideportivos, ayuntamientos o zonas deportivas, suelen incluir pérgolas solares para autoabastecer la energía de recarga. Esta estrategia demuestra que, con planificación adecuada y apoyo institucional, es posible implementar movilidad eléctrica incluso en las zonas más despobladas. 

En definitiva, la electrificación del transporte rural no es solo una cuestión técnica, sino también de voluntad política, planificación y sensibilización ciudadana. Aunque las barreras son evidentes, también lo son las oportunidades de generar impacto positivo, revitalizar pueblos, reducir emisiones y mejorar la calidad de vida. 

La movilidad eléctrica en la España rural no debe verse como un lujo o un capricho urbano, sino como una herramienta clave para garantizar el derecho a la movilidad, luchar contra la despoblación y avanzar hacia un modelo energético más justo y descentralizado. 

En Eleia Energía creemos en una movilidad eléctrica accesible y territorialmente justa. Si formas parte de un municipio rural o entidad interesada en implementar soluciones sostenibles, estaremos encantados de acompañarte en ese camino.