¿Pasas demasiado frío o demasiado calor en tu casa? Entonces tal vez tu aislamiento térmico no sea el más adecuado. Pese a que en muchas ocasiones pasa desapercibido, se trata de un aspecto fundamental que puede marcar la diferencia en lo que a comodidad y eficiencia energética se refiere.
En este artículo, exploraremos las ventajas de contar con un aislamiento térmico óptimo en tu hogar, y cómo puede contribuir significativamente a la reducción de la factura de la luz.
¿Qué es un aislamiento óptimo en una vivienda?
El aislamiento es una solución térmica que se emplea tanto en el interior como en el exterior de una vivienda, y que ayuda a mantener una temperatura agradable durante todo el año.
¿Qué ventajas tiene el aislamiento térmico?
Además del ahorro económico, aislar térmicamente una vivienda presenta otras ventajas:
- Mejora el bienestar en el hogar, ya que la temperatura se mantiene estable durante todo el año, evitando fluctuaciones extremas de calor y frío, así como la necesidad de depender de sistemas de calefacción o refrigeración.
- Como se depende menos de los sistemas de calefacción y aire acondicionado, se generan menos emisiones de CO2,con lo cual se contribuye a reducir la huella de carbono.
- Habrá menos humedad y moho negro en las paredes. Las bacterias no se multiplican con los cambios estacionales y de temperatura.
Cómo saber si necesito aislar mi vivienda
Las viviendas nuevas cumplen con el Código Técnico de la Edificación, que exige unos espesores de material aislante de entre 5 y 17 cm, y unas ventanas de doble acristalamiento y rotura de puente térmico, entre otras cosas. Sin embargo, un amplio porcentaje del parque de vivienda español es viejo, con una fecha de edificación anterior a 1980, por lo que los aislamientos suelen ser bastante deficientes.
¿Cómo saber si necesitas aislar tu vivienda? La respuesta te la dará el propio inmueble:
- Te resulta muy difícil mantener una temperatura estable durante el año: hace mucho frío en invierno, y demasiado calor en verano.
- Las paredes suelen estar frías o húmedas, se produce condensación en las ventanas, y es frecuente la aparición de manchas de humedad y moho.
- Necesitas encender demasiado la calefacción o el aire acondicionado cuando corresponde, y, aun así, sientes que la temperatura no es la adecuada (con el consiguiente incremento de la factura).
Esta información también está recogida en el certificado energético de la vivienda.
¿Cuánto se puede ahorrar en energía con un buen aislamiento?
Muchas personas se preguntan cuánto pueden ahorrar si mejoran el aislamiento de su vivienda antes de iniciar unas reformas. Aunque no se pueden aportar datos precisos y exactos, porque cada hogar tiene un gasto energético distinto, sí se puede realizar una estimación:
- Aislar las paredes exteriores, la fachada, puede suponer un ahorro energético de entre el 30% y el 60%.
- Aislar el interior de las viviendas (paredes, falsos techos y suelos por insuflado), entre el 40% y el 80%.
También depende del grosor del material aislante:
- El que tiene dos centímetros evita una pérdida de energía de un 50%.
- Si tiene cinco o más, un 70%.
En resumen, hacer una mejora en el aislamiento térmico de una vivienda es una excelente opción para comenzar a ahorrar en la factura.
Cómo mejorar el aislamiento térmico de mi hogar
Existen diferentes formas de mejorar el aislamiento de una vivienda.
Aislamiento interior
Es el que tiene lugar en el interior del inmueble. Aunque es el menos eficaz, es también el más económico; por eso mucha gente suele recurrir a él.
Se puede realizar mediante la técnica de insuflado, o colocando un trasdosado con aislante térmico en las paredes. El trasdosado puede ser aislante reflexivo o lana de roca (esta última, además de ser ecológica, presenta buenas propiedades acústicas). Un inconveniente del aislamiento térmico interior es que lleva asociada una pérdida de metros útiles en la vivienda.
Adicionalmente, también se pueden cambiar las ventanas por unas de doble acristalamiento, que ayudan a reducir el porcentaje de humedad que se cuela, o colocar unos burletes en las puertas que sellan térmicamente las estancias.
Aislamiento exterior
En el caso del aislamiento exterior, este suele ser más complejo, ya que el material aislante debe sujetarse a la fachada, llegando en ocasiones a modificarla. Esta opción no es viable para ciertas normas urbanísticas que no permiten la alteración estética de la fachada.
Sin embargo, es el más eficaz, puesto que elimina los puentes térmicos y protege la fachada de forma unánime.
Las técnicas de SATE más comúnmente empleadas suelen ser poliuretano proyectado y fachada ventilada.
Relleno de cámaras de aire
Otra opción intermedia para conseguir un óptimo aislamiento térmico de la vivienda es el relleno de cámaras de aire. En este caso, en la pared (ya sea interior o exterior) del inmueble se realizan unos agujeros a través de los cuales se inyecta un material aislante, como celulosa proyectada. Es más económico, y no modifica el aspecto de la fachada ni se pierden metros útiles en el interior.
Si quieres más información sobre la rehabilitación de edificios, echa un vistazo a la web del IDAE. ¡Ahí encontrarás información muy valiosa!
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