En marzo de 2024 los consumidores en España se enfrentaron a un incremento en sus facturas de electricidad debido a la subida del IVA al 21%. Esta medida, que inicialmente afectó solo a la luz, se ha ampliado a partir de abril de 2024, incluyendo ahora también al gas, que pasa a tener un IVA del 21%. Este ajuste en la carga fiscal sobre dos de los servicios básicos más esenciales ha generado un considerable desconcierto entre los usuarios, quienes ven cómo se encarecen sus costes energéticos.
En este post, vamos a desglosar las razones y sus implicaciones para los consumidores. Analizaremos por qué se ha decidido mantener el IVA de la luz en el 21% y cuál es la justificación para la reciente subida del IVA del gas a la misma tasa.
Por qué ha subido el IVA al 21% en la factura de la luz en el mes de marzo y abril
La subida del IVA al 21% en las facturas de la luz para marzo y abril se debe a varias razones específicas relacionadas con la regulación gubernamental y los precios del mercado mayorista de la electricidad. Este ajuste es parte de una serie de medidas temporales y cambios en la regulación fiscal que responden a las fluctuaciones en los precios de la energía y las políticas energéticas del Gobierno.
Antecedentes y cambios en el IVA
Durante la crisis energética, los precios de la energía alcanzaron niveles récord debido a la alta dependencia del gas natural, cuyo suministro se vio afectado por las tensiones geopolíticas fruto de la guerra de Ucrania en el 2022. Como respuesta, el Gobierno español implementó varias medidas para mitigar el impacto en los consumidores, entre ellas, la reducción temporal del IVA de la electricidad del 21% al 5%. Desde el pasado 1 de enero 2024, el IVA actual de la luz aplicado a las facturas de energía ya no es del 5% sino del 10%.
Sin embargo, el 10% del IVA para el 2024, Real Decreto-ley 8/2023, va sujeto a un condicionante relacionado con el precio de la luz. Si el precio medio del mercado mayorista baja de 45 euros por megavatio hora, el IVA se incrementará al 21% para los consumidores con una potencia instalada de hasta 10 kW, excepto para aquellos en riesgo de exclusión social. Esta decisión se enmarca en un contexto de recuperación del mercado energético, donde los precios han mostrado una tendencia a la baja debido a diversos factores, como el aumento de la producción de energías renovables y una menor demanda estacional de gas.
Causas de la bajada del precio de la luz
Uno de los principales motivos de la disminución del precio de la luz ha sido el incremento en la producción de energías renovables, especialmente la eólica y solar. Las condiciones atmosféricas favorables, como un invierno más templado y vientos constantes, han contribuido a una mayor generación de energía eólica. Además, la mejora en la infraestructura de energía solar ha permitido un aumento significativo en la producción. Estos factores han reducido la dependencia de las centrales térmicas que utilizan gas natural, cuyo coste ha sido más volátil.
Previsiones y futuro de la producción de energía
Con la llegada del verano y las altas temperaturas, se incrementará el uso del aire acondicionado, y en consecuencia, se prevé que la demanda de energía eléctrica aumente.
Simultáneamente, la producción de energía eólica e hidrográfica tiende a disminuir en estos meses, lo que puede ejercer presión al alza sobre los precios de la electricidad.
El aumento de la demanda eléctrica, unido a una bajada en la producción, provocará la subida en el precio de la electricidad. Si el precio en el mercado mayorista es superior a 45 euros por megavatio hora, el IVA bajará al 10%.
Por qué ha subido el IVA de la factura del gas al 21%
La subida del IVA del gas del 5%, al 10% y finalmente de nuevo al 21% responde a un contexto de ajuste tras la crisis energética sufrida en el 2022. Durante esta crisis, el Gobierno redujo temporalmente el IVA para aliviar el impacto del alza en los precios energéticos. Este impuesto pasó así del 21% al 5%, medida que se mantuvo hasta el 31 de diciembre 2023. Desde el 1 de enero al 31 de marzo del 2024, el IVA subió al 10%. Sin embargo, debido a la reciente estabilización y bajada de los precios del gas en el mercado, el Gobierno decidió eliminar estas medidas excepcionales, restaurando progresivamente el IVA a su tasa original del 21%. Este ajuste es parte de una estrategia gubernamental para retornar a la normalidad fiscal después de la fase de crisis, incluyendo también ajustes en el tope del gas y otras intervenciones temporales. La subida se aplica de forma progresiva y afectará a las tarifas tanto del mercado libre como del regulado, aunque en este último se ha compensado con una ligera reducción en el precio base; y es que actualmente el gas está marcando mínimos históricos, por lo que el Gobierno ha retirado las rebajas fiscales, aunque siempre fueron temporales.