En los últimos años, España ha logrado disminuir significativamente su dependencia energética del exterior, alcanzando en 2023 la cifra más baja registrada hasta la fecha, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Esta reducción es el resultado de una estrategia integral basada en la transición a energías renovables, la mejora en eficiencia energética y políticas públicas orientadas a reforzar la autosuficiencia del país.
Más allá de la autonomía energética, este cambio tiene un impacto positivo en la economía y el medioambiente. La menor importación de combustibles fósiles se traduce en ahorro económico, mayor estabilidad geopolítica y una menor exposición a fluctuaciones del mercado global.
A continuación, analizamos los factores clave detrás de esta transformación y los objetivos de España para consolidar esta tendencia en los próximos años.
¿Qué significa la dependencia energética?
La dependencia energética es la proporción de energía que un país debe importar para cubrir su demanda interna. Cuando esta dependencia es alta, la economía y la seguridad del país quedan sujetas a la volatilidad de los mercados internacionales y a posibles conflictos geopolíticos.
Históricamente, España ha sido un país con alta dependencia energética debido a su necesidad de importar petróleo y gas, esenciales en su mix energético. Sin embargo, reducir esta dependencia no solo implica un menor gasto en importaciones, sino también una mayor estabilidad ante crisis energéticas y una reducción de la huella de carbono.
Por qué España ha bajado la dependencia de energética exterior
España ha logrado reducir su dependencia del exterior gracias a tres factores principales:
- Expansión de las energías renovables.
- Mejoras en eficiencia energética.
- Políticas públicas de apoyo a la autosuficiencia.
En 2023, la dependencia energética del país bajó al 66,8%, la cifra más baja registrada hasta ahora. Este avance se debe al aumento en la producción de energía renovable y a la reducción del consumo de combustibles fósiles.
1. Aumento en la generación de energía renovable como clave para reducir la dependencia
Las energías renovables han sido el motor de esta transformación, representando en 2023 un 58,9% de la producción interna de energía primaria. Su crecimiento ha permitido reducir la necesidad de importar gas y petróleo.
2. Energía eólica: España como uno de los líderes mundiales
España cuenta con más de 1.300 parques eólicos distribuidos por todo el territorio, lo que la sitúa entre los mayores productores de energía eólica del mundo. La mejora en la eficiencia de los aerogeneradores ha permitido generar más electricidad con menos impacto ambiental.
Actualmente, la eólica es una de las principales fuentes de electricidad en el país, clave para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
3. Energía solar: Incremento exponencial en capacidad instalada
El crecimiento de la energía solar en España ha sido notable en la última década, impulsado por la reducción en los costes de instalación y el apoyo gubernamental.
En 2023, la producción de energía solar fotovoltaica creció un 38% respecto al año anterior, alcanzando cifras récord.
España, con una de las radiaciones solares más altas de Europa, ha aprovechado esta ventaja con grandes plantas fotovoltaicas y la expansión del autoconsumo, consolidando la energía solar como un pilar clave en su transición energética.
4. Hidráulica y biomasa: su aporte al mix energético
Aunque con menor crecimiento que la eólica y la solar, la energía hidráulica sigue siendo fundamental para la estabilidad del sistema eléctrico, especialmente en picos de demanda. En 2023, su producción aumentó un 42,3%, reforzando la seguridad del suministro.
Por su parte, la biomasa ha crecido como fuente de energía térmica y eléctrica, utilizando residuos agrícolas y forestales para generar energía de manera sostenible.
5. Cifras recientes: porcentaje de generación renovable en comparación con años anteriores
El crecimiento de las energías renovables ha sido continuo. En 2020, el 43% de la electricidad generada en España provenía de fuentes renovables, porcentaje que ha aumentado de manera constante, acercándose al objetivo de 2030 de alcanzar un 81% de generación renovable.
Beneficios de la menor dependencia energética
Reducir la dependencia energética no solo fortalece la economía del país, sino que también mejora la seguridad energética y contribuye a la sostenibilidad ambiental. Entre los principales beneficios destacan:
Ahorro económico: reducción del gasto en importaciones de energía
Menos dependencia significa menores costes asociados a la importación de combustibles fósiles, lo que se traduce en un ahorro para el país y en una balanza comercial más equilibrada.
Mayor estabilidad geopolítica: menor vulnerabilidad ante conflictos internacionales
La independencia energética otorga a España una mayor estabilidad en el contexto internacional, reduciendo su exposición a conflictos globales que afectan el suministro y los precios de los combustibles fósiles. Países altamente dependientes de la energía importada son más vulnerables a crisis internacionales, sanciones comerciales y embargos energéticos. Al reforzar su capacidad de generación renovable, España disminuye su dependencia de proveedores externos y fortalece su autonomía, evitando impactos negativos en su economía y en la seguridad de su suministro eléctrico.
La generación interna de energía protege a España de la volatilidad en los mercados energéticos internacionales y de crisis políticas en países exportadores de energía.
Impacto ambiental positivo: disminución de emisiones al apostar por fuentes limpias
La apuesta por energías renovables no solo es clave para la independencia energética, sino también para la sostenibilidad ambiental. La generación de electricidad a partir de fuentes limpias como la solar, la eólica y la biomasa contribuye a una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, ayudando a mitigar el cambio climático y cumpliendo con los compromisos internacionales en materia ambiental. Además, la transición hacia un modelo energético más sostenible reduce la contaminación del aire y del agua, lo que se traduce en beneficios directos para la salud pública y el bienestar de la población.
El aumento en la producción de energía renovable ha contribuido a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con los objetivos climáticos.
Seguridad energética: producción nacional suficiente para cubrir gran parte de la demanda
Al contar con una mayor capacidad de generación interna, España mejora su seguridad energética, reduciendo el riesgo de apagones o cortes de suministro.
Cuál es el objetivo de generación energética para los próximos años
España busca consolidar los avances logrados y continuar reduciendo su dependencia energética con una serie de medidas estratégicas. El objetivo es alcanzar un mix energético más sostenible y autónomo, aumentando la capacidad renovable y mejorando la infraestructura de almacenamiento y distribución de energía. Además, el país aspira a fortalecer su posición como exportador de energía renovable en el contexto europeo, contribuyendo a la transición energética del continente.
A pesar de los avances logrados, España sigue trabajando en reducir aún más su dependencia energética con medidas clave:
Ampliación de la capacidad renovable
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece como meta que el 81% de la electricidad provenga de fuentes renovables para 2030, promoviendo inversiones en energía eólica y solar y facilitando su integración en la red eléctrica.
Inversiones en almacenamiento energético, como baterías y bombeo hidráulico
Para asegurar un suministro estable y maximizar el aprovechamiento de la energía renovable, España está invirtiendo en sistemas de almacenamiento avanzados. Entre ellos, destacan las baterías de gran capacidad y las centrales de bombeo hidráulico, que permiten almacenar energía en momentos de baja demanda y liberarla cuando el consumo es más alto. Estas tecnologías son esenciales para mitigar la intermitencia de fuentes como la eólica y la solar, garantizando una red eléctrica más segura y eficiente.
Las tecnologías de almacenamiento son fundamentales para gestionar la intermitencia de las energías renovables y asegurar un suministro estable.
Incremento de plantas solares en regiones con alto índice de radiación
España está invirtiendo en hidrogeno verde como alternativa sostenible para sectores industriales y el transporte.
Papel del hidrógeno verde en la independencia energética
El hidrógeno verde se perfila como una solución clave para la transición energética en España. Producido mediante electrólisis con energía renovable, este sector energético puede reemplazar a los combustibles fósiles en sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte marítimo. España cuenta con proyectos pioneros en la producción de hidrógeno verde y está apostando por su exportación a otros países europeos, consolidándose como un actor clave en este mercado emergente.
Exportación de energía renovable a países vecinos
España, gracias a su privilegiada ubicación geográfica y a su creciente capacidad de generación de energías renovables, tiene el potencial de convertirse en un importante exportador de electricidad limpia a otros países europeos. La interconexión con Francia y Portugal permite la venta de excedentes de energía eólica y solar, ayudando a equilibrar la oferta y la demanda en la región. La expansión de estas redes de interconexión, junto con acuerdos energéticos dentro de la Unión Europea, facilitará la exportación de energía renovable y fortalecerá la seguridad energética del continente.
Con el aumento de su capacidad renovable, España podría convertirse en exportador neto de energía limpia hacia Europa. En Eleia contamos con un fuerte compromiso en lo que al cuidado del entorno y del planeta de refiere, siendo este uno de los pilares fundamentales de nuestra filosofía.
