En el complejo mundo fiscal de los autónomos, una de las preguntas más recurrentes es hasta qué punto pueden desgravarse los gastos de suministros como la electricidad, el agua o mismamente internet. Esta cuestión adquiere matices particulares dependiendo de si el lugar de trabajo es la vivienda habitual, una oficina, un espacio de coworking o si se ejerce en modalidad de teletrabajo. La Organización de Consumidores y Usuarios, (OCU), ofrece orientación sobre cómo maximizar estas deducciones manteniendo el cumplimiento legal.
Del mismo modo, la legislación tributaria, en constante evolución, establece criterios específicos para la deducción de estos gastos, buscando equilibrar la necesidad de apoyo a los autónomos con la justa aplicación del sistema fiscal.
Por todo ello, te ofrecemos una guía detallada sobre cómo, si eres autónomo, puedes optimizar tus deducciones por gastos de suministros. A través de este análisis, buscamos esclarecer dudas y ofrecer una herramienta práctica para la gestión eficiente de la fiscalidad en el ámbito profesional. Dada la diversidad de situaciones laborales y la especificidad de las normativas aplicables, es crucial estar bien informado para tomar decisiones financieras.
Requisitos para que un gasto sea deducible para un autónomo
Para que un gasto sea deducible para un autónomo, debe cumplir con ciertos requisitos esenciales. Principalmente, el gasto debe estar vinculado directamente a la actividad económica desarrollada, es decir, debe ser necesario para el ejercicio de dicha actividad. Además, debe estar debidamente justificado, preferentemente mediante factura, y registrado en la contabilidad. Los gastos deducibles más comunes incluyen consumos de explotación, sueldos y salarios, cuotas de autónomos, arrendamientos y suministros de luz, gas y agua, entre otros.
Es relevante mencionar que, para los autónomos que trabajan desde casa, se aplican condiciones especiales. Por ejemplo, se pueden deducir ciertos porcentajes del alquiler y de los suministros de la vivienda afecta a la actividad económica, según el espacio utilizado para tal fin. Además, se permiten deducciones por la compra de materiales y materias primas necesarias para el desempeño de la actividad.
Deducciones por gastos de local, oficina o vivienda
Los autónomos pueden aprovechar deducciones fiscales por los gastos asociados a su local, oficina o vivienda utilizada para el desarrollo de su actividad empresarial. Estas deducciones son una herramienta invaluable para aliviar la carga tributaria y maximizar los beneficios.
Una de las prácticas comunes es, como se ha mencionado, la deducción de los suministros, como la luz, el agua, el gas y la conexión a internet, que se destinan al espacio de trabajo. Este proceso implica notificar a Hacienda a través del modelo 036 o 037, detallando el porcentaje del domicilio dedicado exclusivamente a la actividad profesional. Este porcentaje se utiliza para calcular la proporción de los gastos deducibles, asegurando una aplicación precisa y conforme a la normativa vigente.
Es importante mantener registros claros y precisos de estos gastos, respaldados por facturas y documentos que demuestren su relación directa con la actividad empresarial. Además, es recomendable buscar asesoramiento profesional para garantizar el cumplimiento adecuado de las regulaciones tributarias y maximizar el beneficio fiscal sin incurrir en errores que puedan resultar en sanciones por parte de Hacienda.
Si utilizas la vivienda como lugar de trabajo: qué gastos puede deducir un autónomo
Para los autónomos que utilizan su vivienda como lugar de trabajo, la deducción de gastos en suministros ha sido un tema relevante, especialmente con los cambios y sentencias recientes. Desde 2015, hay una sentencia que favorece la deducción de ciertos gastos de suministros cuando se trabaja desde casa. A partir de 2023, una novedad importante es que los autónomos pueden deducir el IVA de estos gastos, una posibilidad que antes estaba limitada. Incidiendo, los gastos deducibles varían según el uso del espacio de trabajo en la vivienda y el cumplimiento de ciertos requisitos, como justificar la relación de los gastos con la actividad económica y su debida justificación mediante facturas.
En particular, los gastos de suministros como luz, agua, y gas pueden deducirse en la medida en que se destinen al desarrollo de la actividad económica dentro de la vivienda, aplicando un porcentaje de deducción sobre la base de la proporción del hogar dedicada a la actividad. Esta deducción asciende al 30% de los gastos de suministros calculados sobre el porcentaje de la vivienda utilizado para la actividad.
Deducción de los suministros: requisitos
Debes estar registrado en el régimen de autónomos y trabajar principalmente desde tu residencia habitual. Es importante que Hacienda esté al tanto del porcentaje de gastos de tu vivienda derivados de tu actividad laboral. Además, es recomendable tener contadores separados para el consumo privado y laboral, y que Hacienda conozca cuántos días y horas trabajas desde casa.
Cuánto puede desgravar un autónomo de las facturas de luz y gas
Los autónomos pueden deducir el 30% de los gastos de suministros de luz y gas si trabajan desde casa, aplicando este porcentaje sobre el espacio dedicado a la actividad. Por ejemplo, si un despacho ocupa el 25% de la vivienda, se podría deducir el 7,5% de estas facturas. A continuación, desglosamos los cálculos con el ejemplo:
Proporción de la vivienda habitual afecta: 25 m² / 100 m² = 25%
Porcentaje de deducción = 30% x 25% = 7,5%
Gastos deducibles: 2.000 € x 7,5% = 150 €
Puedo deducir los suministros si comparto piso
Si compartes piso y eres autónomo, puedes deducir los suministros relacionados con tu actividad laboral. Es aconsejable dividir la factura para pagar tu parte, lo cual te permitirá deducir el gasto correspondiente a tu trabajo del recibo energético, tanto en IVA como en IRPF. Este enfoque facilita la justificación del gasto ante Hacienda
Y si no tengo habitación solo dedicada al trabajo, ¿puedo desgravar?
La desgravación de suministros como la luz para autónomos requiere que la habitación usada para trabajar tenga un uso claramente diferenciado del resto de la vivienda y no se emplee para actividades cotidianas. Si no dispones de un espacio exclusivo para el trabajo, como un despacho o habitación dedicada, desgravar estos gastos se complica, ya que Hacienda exige que estos espacios estén claramente definidos y dedicados a la actividad profesional.
